lunes, 12 de octubre de 2009

ANTIPACTO DE ANTEROS


No quiero crecerte ni corresponderte
pues en el fondo no te quiero.

Tú eres el polen de la primavera,
mientras para mí tu amor,
se convierte en el rumoroso
y triste vagar de las hojas otoñales.

Tú bendices la vida,
yo la expongo al peligro,
tú llenas de alegría el alma de las flechas
cuando yo soy la hiel que las desvía,
tus alas yo las corto
tus frutos los aborto…
Tú eres el principio, yo el verdadero fin
tú eres la mentira, yo la engañosa realidad
tú eres el fuego, yo invento las cenizas.

¿Entiendes por qué no te quiero?
Para mí no hay golondrinas
‘que de tu balcón sus nidos
vuelvan a colgar’,
sino sólo nidos en sábanas frías.
Yo soy la saeta que hiela el corazón
cuando los labios quedan baldíos
y el amor se convierte en miedo,
pues los celos disfrazan a la muerte.

Gemelo eterno
tú eres el deseo,
yo soy quien viene tras de ti,
vadeando la rutina, el desengaño,
esperanzas alzándose perdidas
sin que el amor correspondido
nos haya defraudado.
Yo aspiro a enamorarlos
ante el dolor que pasa como otra felonía.

¿Quieres hacer conmigo un pacto?
De acuerdo,
sólo si me dejas tu arco y tus alas,
y yo intercambio las mías
de mariposa vengadora.
Así creceré como una sombra hostil
que no germinará
viendo el dolor de los otros en tu vida
y yo sintiendo a veces la alegría.

Disputemos la palma,
en esta torpe humanidad que es ya jauría.
Alegrémonos llorando juntos
amemos vengando los asuntos
de tantas ilusiones perdidas
confusiones que echemos por tierra
con el odio que hemos
heredado y horadado inmundos
en los corazones que nunca alegraremos
pero que flecharemos juntos.

Somos niños, pero hace ya milenios
que desechamos el juego de la apariencia,
creemos en el profundo amor que ama
pero no reclama por temor a quien critica.
Somos contrarios aunque nunca tú lo digas
desde la soledad de un alma trémula
que se niega a darse cuenta en torno
pues los demás dibujan su apariencia
de un modo que nos ciega
que nos cierra las puertas a toda claridad
por conveniencia.
Nuestra vida es así:
-Gemelos a conciencia entre la multitud-
ni acaba ni comienza
nuestra estirpe
que es otro rito eterno
innoble en la jauría.

El carcaj de Anteros
4 de octubre del 2009.

2 comentarios:

  1. Un mito múltiple que hay que seguir de cerca, pues nos toca a todos, y nos expande. Me gusta la manera en que centra el conflicto en las cercanía sensual y poética de estos dos ángeles que nunca uno llega a precisar quiénes y qué son cada uno de ellos, revestidos de humanidad y niñez como muy pocos. Gran porvenir para este blog, en el que las imágenes llegan desde la antigüedad y se van metamorfoseando en su modernidad más libre. Felicidades al o a los creadores de este sitio maravilloso, Josán Caballero.

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  2. Esplendida manera de exponer una verdad en la vida, con dos extremos que se juntan, felicitaciones, Eneas.

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